Crystal Tears - Choirs of Immortal

Ya casi no quedan grupos como este, y es una pena. En pleno siglo XXI aparece una banda como estos griegos que con su tercer larga duración (de 2006 para más señas) recuperan el sonido que el Heavy Metal tenía en los '80 añadiéndole pequeños toques Power aquí y allá. Actualmente formados por Natasa Pandreia a las voces, Dimitris Goutziamanis a las guitarras, Stratos Dionisopoulos al bajo y Chrisafis Tantanozis a la batería CRYSTAL TEARS ofrecen una propuesta que si bien a priori no es nada innovadora, es desde luego algo muy de agradecer teniendo en cuenta los tiempos que corren. Tal y como nos las gastamos la mayoría de grupos de hoy en día intentando ser los más técnicos y los que más variaciones somos capaces de incluir en un tema se agradece que haya gente que no se complique tanto la vida.

"Choirs of Immortal" probablemente nunca será el disco favorito de nadie y quizá el hecho de que lo edite una discográfica pequeña no ayude a que sea archiconocido en todo el mundo. ¿Y eso qué más da? Lo que me ha llamado poderosamente la atención primero ha sido el hecho de escuchar a una mujer cantando con dos ovarios, no como un fideo embutido en un corsé victoriano con los gotiquillos de turno. La voz de Natasa es poderosa, rota y rasposa, pero queda increíblemente bien con la instrumentación y la estructura (repito, simple pero efectiva) de los temas. CRYSTAL TEARS hacen Heavy Metal sin complicaciones, directo y sin florituras, como debería ser y como se hacía en los 80.

Me imagino perfectamente en un concierto temas como "Sworn to Avenge" o "Master of Deception" sonando a todo volumen y correspondidos por un público entregado. También me han gustado mucho "Megas Alexandros" y "And The Arrows Fall". El resto de temas quizá son algo menos destacables, pero comprobaréis que en ningún momento baja la intensidad ni la fuerza con la que son interpretados. La producción es el "pero" más grande que tiene este disco. La batería está algo sobreproducida (los sonidos de caja sobre todo), los bombos se oyen demasiado y la guitarra rítmica necesita algo más de cuerpo y de volumen, pero por suerte tanto solos como el bajo como la voz están en su sitio y bastante bien equilibrados.

En definitiva: No son MANILLA ROAD ni BROCAS HELM y quizá no reivindican tanto el estilo de música que practican como GODDESS OF DESIRE, pero son un buen grupo sin lugar a dudas. Merece la pena darles una oportunidad.